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«Hyrule Warriors» – Non olet

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WiiU_HyruleWarriors_Boxart

Hyrule Warriors
Nintendo/Tecmo Koei
WiiU
2014

Para sorpresa de nadie, Hyrule Warriors ha resultado ser exactamente lo que se anunció desde el primer día: la unión sacrílega y desprejuiciada de la mitología de la serie Zelda con las mecánicas habituales de Dinasty Warriors. La mayoría de análisis que leí entre partida y partida se pueden agrupar entre los escritos por quienes aún se rasgan las vestiduras ante insulto semejante y por quienes lo han disfrutado como arrugando mucho la nariz, declarándose culpables entre guiños cómplices porque, en fin, ya sabes, Hyrule Warriors, es malo pero te ríes.

A lo primeros, que se sientan a jugar a algo cuya simple existencia les asquea, les entiendo poco, pero a los que hablan de placeres culpables, quienes dan una palmada condescendiente en la espalda del juego y se expresan en términos de es-malo-pero-es-bueno-pero-es-malo no les comprenderé en la vida. Sólo alguien que no sabe ni lo que le gusta pude sentirse confundido por disfrutar de algo. Sólo aquel que necesita la aprobación de papá para distinguir el grano de la paja cultural puede mirar por encima del hombro un producto que le haya satisfecho a algún nivel. Sobre todo si ese producto es Hyrule Warriors, que resulta que es un juego interesantísimo.

La razón de que se saque bola negra a HW debe buscarse en su atrevimiento de partida: plantear una mirada de igual a igual entre una serie venerada y otra tolerada por poquito. A Zelda se le reconoce como institución en el Medio™, al menos un par de entregas forman parte de cualquier canon establecido y se valora su mérito tanto a nivel artístico como de diseño. La otra es el hijo tonto al que se quiere porque así de loco e incomprensible es el amor, universalmente considerado hueco, carne de explotación y superficialidad. Y aunque haya mucha verdad en ambas apreciaciones, olvidamos que después de tanta poética, semiótica, de tanto libro de recetas sobre lo que debe ser y no un hecho cultural para ser considerado relevante, lo cierto es que al final los videojuegos, el cine… cualquier arte imaginable, para no extendernos demasiado… de lo que tratan es de colártela. Son impactos sobre el receptor, sobre el género, sobre el mismo canon, que funcionan tanto mejor cuanto más desprevenido te cogen. HW te la cuela, ya lo creo, y nuestra labor no ya como prensa especializada sino como consumidores con criterio es intentar entender cómo lo ha hecho.

Y no son pocos sus méritos. HW consiste en masacrar hordas de enemigos a golpe de botón (casi siempre uno) disfrazado de Héroe del Tiempo o de alguno de los sospechosos habituales de su serie hasta que se te acaben los malos o ellos te venzan a ti. A la mezcla habitual de los Dinasty Warriors se añade algún item, alguna mecánica, algún tropo de Legend of Zelda para darle sabor sin que llegue nunca a desviar el rumbo marcado. Sin mazmorras, sin exploración propiamente dicha, sin más objetivo que el todopalante, HW se hace fácilmente bola y, consciente de su sencillez, intenta llamar tu atención con estratagemas a veces tan sucias como eficaces. Pero hasta que aburre funciona. Y mejor todavía, en seguida vuelve a apetecer. HW destaca en su modo horda, en el juego cooperativo, en realidad cuanto más bruto se pone. En sus escabechinas de palo y tentetieso salpicado de hadas, cofres y princesas disfrazadas, que ya son divertidas de por sí, reside su principal mérito: aportar luz sobre supuestos de la serie que siempre se han dado por buenos y que quizás convendría revisar. Zelda nunca ha sido una franquicia especialmente violenta, pero HW permite entrever una entrega donde las mecánicas de combate puedan llegar a tener peso, y esto, que ya de por sí es sugerente, se hace de manera alegremente despendolada. ¿Cómo se puede perdonar la vida a un título así?

Que no cunda el pánico, Hyrule Warriors no viene a sustituir a nadie. Pero aunque su fórmula se agota pronto, aún tiene alguna lección que podría aprender la serie madre. Esa en la que a la hora de matar lo poco que se mata, siempre se ha matado (fíjate tú) apretando también un único botón

https://www.youtube.com/watch?v=IM1PngJamUQ



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